Una propuesta de integración: las escuelas aceleradas.

En el informe Nation at risk aparece como deficiente la educación en Estados Unidos, debido a que ésta se fijaba únicamente en la consecución de buenos resultados académicos para poder pasar a la educación superior, lo que tiene como consecuencia directa la generación de una segregación por clases económicas, ya que la educación pasa a tener como objetivo la población de clase económica media-alta, que es la que podrá sufragar estos estudios superiores. En este contexto, H. Levin eleva una propuesta de proyecto educativo en el que se trataran de superar las deficiencias de este sistema, que incluya una alternativa a esta visión de la educación.

H. Levin parte de la idea de que la escuela es diversidad, lo que implica que el aula debe ser un espacio en el que convivan estudiantes de cualquier origen económico, y que este no puede ser, de ninguna manera, determinante. En otras palabras, hay que luchar contra la idea de que los alumnos que proceden de ambientes poco favorecidos no pueden estar a la altura de los demás, y hay que conseguir que todos en clase compartan un mismo nivel de expectativas por parte del profesorado y que estas, además, deben ser altas (influencia del efecto Pigmalión). Esto implica, como consecuencia directa, que no se pueden adaptar los objetivos curriculares y disminuir su dificultad, o bajar el ritmo de la enseñanza, sino que hay que fomentar las habilidades, capacidades y potencialidades particulares de cada alumno. La clave para conseguirlo está en el conjunto de la comunidad educativa, que abarca la familia, el profesorado, pero también el director de la escuela, las autoridades locales, y el propio alumno, que deben trabajar de forma conjunta en un proyecto común. La creación de este conjunto de trabajo es imprescindible, ya que este proyecto educativo, que ha dado en llamarse escuelas aceleradas, se basa en una participación responsable y comprometida de todas estas personas, y en la utilización de los recursos -humanos, materiales, intelectuales…- que toda esta comunidad pueda aportar para la educación de los alumnos.

En estas escuelas aceleradas se han conseguido mejoras en dos sentidos: en el lado humano, con una mejora del ambiente en las aulas y en los centros, y una mayor implicación de la familia en la vida académica; y, por el lado académico, los estudiantes que han participado han demostrado una mejora de su capacidad de razonamiento y un aumento de sus destrezas básicas, además de una mejora en su actitud hacia el aprendizaje (1).

 

(1) Bernal Agudo, José Luis (2004). Escuelas aceleradas: una actitud global ante la educación. Universidad de Zaragoza. Ponencia presentada en el I Encuentro Orientación y Atención a la diversidad